Capítulo 2.// Comienza la mudanza.

-Jajajaja, no estoy para bromas mami-dijo Izzy-vamos cuenta la verdad y déjate de chorradas

-Hija, ¿tengo pinta de estar bromeando? ¡Tú con 17 y tu hermana con 15, ¿crees que te mentiría así?!

-Mamá, relájate-le dije yo mientras Izzy se iba-La verdad, aquello no es tan malo ¿no? Pero… ¿por qué te la han quitado?

-Pues, hija, porque mi sueldo no nos llega a las tres, vamos siempre con el cinturón ajustado. Vuestro padre os cuidará mejor.

-El amor que nos das tú, él no nos lo puede dar.

-Ya lo sé, anda, ve a buscar a tu hermana que yo pondré lo que queda para llevar.

-Voy…

Comencé a buscar a mi hermana por el centro comercial. Y la vi, en uno de esos sillones de masaje, acurrucada.

-Izzy, mamá te busca.

-Me da igual, no me quiero ir con papá. Nunca ha sido un hombre atento. Ni siquiera un buen padre.

-Ya Iz, pero es papá. No podemos hacer nada. Seguro que si lo conocemos es una gran persona.

Izzy sonrió y en ese momento llegó mamá y nos abrazamos. Luego llegamos a casa.

-Hijas, creo que deberíais comenzar a hacer la maleta.

-¿Pero mamá tan pronto?-preguntó Izzy-¿Cuándo nos vienen a buscar?

Mamá miró la hora

-Dentro de dos horas. Daos prisa. Tenéis que guardar cosas en cajas.

Subí a mi habitación, guardé toda mi ropa y después me dirigí a guardar mis cosas. Había pasado ya media hora cuando me di cuenta de que no me había despedido de mi novio. Bajé corriendo por las escaleras.

-¡Mamá! ¡Mamá!

-Dime hija

-¿Puedes recoger mis cosas? Voy a despedirme de Mike.

-Si…-refunfuñó un poco, pero me dejó irme.

Fui corriendo por aquellas grandes calles, hasta llegar a su puerta.

Toc toc toc

-Mad Mike, soy yo.

-Ya vooooooy-me abrió la puerta.

En cuanto la abrió le di un abrazo.

-Eh, ¿qué pasa?

-Me voy, lo siento, pero tengo que irme a vivir a California con mi padre.

-¿Qué? Y sin ni siquiera haberlo hecho. ¡No te puedes ir!

-Lo de hacerlo… se puede solucionar-dije insinuándome.

-¿Enserio? Bueno… tú no lo has hecho nunca…

-¿Hay alguien en tu casa?

-No.

Comenzamos a besarnos y tal. Bueno, una cosa llevó a la otra y… lo hicimos. Fue bonito. Estando en la cama

-Cin, ¿qué vamos a hacer? O sea, tú te vas.

-Ya… No creo que una relación a distancia funcione…

-Podemos ser amigos.

-Sí, hablaremos por Facebook-me dio un beso en la frente y comencé a vestirme. Me fui a casa. Faltaban quince minutos para que vinieran a buscarme. Vi que la habitación mía y de mi hermana estaban prácticamente vacías. Mi madre nos llamó y nos hizo unas tortitas, para recordarla con el estómago lleno. Llamaron a la puerta, abrí yo y unos cuantos hombres comenzaron a coger nuestras cosas. Mientras nos despedíamos de mamá.

-Os voy a echar de menos hijas mías.

-Bueno, así podras traer a tus ligues a casa sin preocuparte por nosotras eeeh- dijo Izzy.

Nos reimos las tres, de repente entró papá trajeado.

-Hola hijas, vámonos, nos esperan.

Mi madre se acercó a mi padre

-Cuídalas bien, y dile a tus criados que les hagan tortitas.

-Claro Linnett, un placer verte… ¡Niñas! ¡Nos vamos!

Bajamos con papá por el ascensor, fue un poco incómodo, en los dos sentidos porque el ascensor es pequeñísimo. Llegamos abajo y había una limusina esperándonos.